Llevaba
tiempo queriendo leer algo de Fernando Gamboa, pero al final, por unas cosas o
por otras (o, mejor dicho, por unas lecturas o por otras) lo iba posponiendo.
Pero, por fin, he podido introducirme en su mundo a través de las aventuras de
Alex Riley y sus secuaces.
En Capitán Riley, Gamboa nos traslada a la II Guerra
Mundial, de la mano de Alejandro Riley, un antiguo brigadista
que combatió en la Guerra
Civil española, formando parte de las Brigadas
Internacionales, y la variopinta tripulación del Pingarrón, barco que capitanea
Riley y con el que se ganan la vida gracias al contrabando.
El autor
consigue que en la novela convivan los protagonistas, personajes ficticios, con
personajes históricos. Y lo hace de una manera magistral. Porque además,
fomenta que los lectores queramos saber más de esos personajes reales, e
investiguemos y nos informemos sobre ellos. Proporcionándonos de esta forma una
pequeña lección de historia. Y aunque él afirma que los rasgos, situaciones y
actuaciones de éstos, si son inventados como parte de la novela, a mí siempre
me quedará la duda de cuánto hay de realidad en lo que nos relata.
Aunque está
ambientada en la época de un gran conflicto bélico, no se trata de una novela
sobre la guerra, si no de una novela de aventuras. De aventuras de las de
antes. Con sus buenos y sus malos (aunque a veces no esté tan claro los unos
sean tan buenos y los otros tan malos). Con sus mujeres fatales, y sus mujeres
peores. Con su ritmo trepidantes, que no te deja ni una página (ni un segundo)
para tomar aliento.
Unas
descripciones precisas. Unas localizaciones que puedes ver perfectamente. Y unos personajes perfectamente dibujados, con
sus luces y sus sombras, sin dejar nada al azar, nos hace que queramos saber
más de ellos. Y que estemos deseando pasar al capítulo siguiente para saber qué
aventuras y desventuras van a correr nuestros protagonistas.
Posteriormente
a Capitán Riley, Fernando Gamboa ha publicado Tierra de nadie, donde nos cuenta
qué les sucedió a Alex Riely y Joaquín Alcántara en la Guera Civil. Y
aunque se trata de una precuela, yo casi recomiendo leerlos en el orden en que
han sido publicados.
Gracias Fernando por
escribir una auténtica novela de Aventuras, con mayúsculas, de las de antes, de
las que tienen sus puntos oscuros, de las que te hacen vivir y vibrar, y en las
que, por supuesto, no faltan su humor y su buen sarcasmo.
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