Para mí es un lujo y un placer poder hablar de “Firmamento”, la nueva novela Màxim Huerta, quien sabéis que
es uno de los pilares claves de este blog.
En esta novela encontramos varios
extras (que ni siquiera son secundarios), y tres protagonistas absolutos: Ana,
Mario y el firmamento que les acompaña en cada momento.
Mario y Ana se conocen en un
hotel del Mediterráneo, al que él ha ido para encontrar la inspiración para
terminar una novela (que escribe para otro) y ella ha ido a encontrarse a sí
misma y su camino. Dos almas más solas que solitarias. Dos extraños que cruzan
sus caminos y sus soledades, y terminan cruzando sus almas y sus cuerpos.
La novela está diferenciada en tres
partes. La primera de ellas nos va contando, alternativamente la historia y el
momento de ellos, cada uno en primera persona y desde su punto de vista. La
segunda parte son las cartas que se cruzan un tiempo después, por
una circunstancia determinada. Y la tercera nos trae el desenlace la historia,
el cual tendréis que descubrir vosotros. Una historia que está llena de grandes
mentiras y de tremendas verdades, en la que nada es lo que parece… o quizás sí.
“Firmamento” es una novela rápida
de leer, que llega después de que Màxim Huerta nos regalara “La parte escondida del iceberg”, y que sirve para curar muchas de las heridas que ésta nos provocó.
Pero además es una historia con mucha sal y, como todos sabemos, la sal también
escuece en las heridas que tenemos.
Es una historia sencilla, tierna,
tremendamente carnal y profundamente humana. Creo que de las ficciones que ha
escrito Màxim (el Iceberg no lo era) esta es a la que yo le he sacado el lado
más humano, o al menos es en la que yo más me he podido sentir reflejada. Me he
visto muchas veces en Ana, en esa lucha entre su cabeza y su corazón, en esa
coraza que tiene y que le cuesta quitarse.
Gracias por una novela llena de
emociones y sentimientos, de vida y de pasión, de estrellas y de agua. Llena de
sal: mar, lágrimas y sudor.
Una novela que, desde la portada, invita a sumergirse en ella.
A estas alturas de la vida (y de
este blog) no me pidáis que sea imparcial con Màxim Huerta. Porque ni quiero, ni
puedo, ni hace falta. Porque todo lo que escribe me transporta, se me mete en
vena, me emociona y me hace sentir viva. Porque todo lo que escribe es magia.
Porque Màx es magia. Y si todavía no os habéis rendido a él, no podéis saber lo
que os estáis perdiendo.
Nos encontramos en las estrellas.
Links de interés:
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